La tendencia mundial es la intensificación… ¿y el bienestar?
Actualmente, la producción de alimentos enfrenta grandes retos: un mercado de consumidores con un crecimiento incesante, una diversificación de los gustos de los demandantes, un incremento de las zonas de producción de biocombustibles que compiten con la producción de alimentos, una aceleración en la tasa de deforestación en zonas sensibles y un aumento indiscriminado de las emisiones de metano (entre otros contaminantes directos e indirectos) a la atmósfera, el agua y los suelos, por parte de la actividad ganadera en general, una brecha cada vez mayor entre quienes tienen y pueden pagar por alimentos de calidad y quienes apenas llegan a cubrir una sola comida de baja calidad nutricional en el día. En este escenario global, la producción animal y el bienestar se enfrentan al reto de masificar la producción de alimentos con base en la intensificación con el uso de dietas ricas en grano, confinamiento parcial o total y genética especializada para incrementar la producción, pero, contradictoriamente, se traducen en acidosis ruminal, alta prevalencia de cojeras y problemas de comportamiento y adaptación. El propósito de este artículo es hacer una revisión general de la perspectiva de producción pecuaria, específicamente de ganadería bovina en Ecuador, desde el punto de vista económico, social, ambiental y del bienestar animal, considerando que la modificación de cualquier sistema productivo responde al consumidor; a la final, él se convierte en el eje decidor sobre el cual se debe trabajar para la consecución de alimentos éticos: socialmente responsables, ambientalmente sostenibles y con bienestar animal.